Up in the Air (Jason Reitman, 2009) es la nueva cinta del director de la polémica Juno y debo confesar que es una cinta que efectivamente tiende a ser un clásico contemporáneo.
La cinta, basada en el texto del mismo nombre, y cuenta la experiencia de Ryan Bingham (George Clooney) un especialista en recortes financieros y consumado viajante de negocios moderno que después de pasar años literalmente en al aire, pronto se ve forzado por circunstancias familiares y empuje de nuevas generaciones, a tocar tierra.
No contaré demasiado sobre la historia, sino sobre lo fuerte que me pegó en el sentido ontológico de la pertenencia: el de asirse a alguien o algo que te de referencia de lo que eres. En la cinta, Ryan lleva su vida en el aire, su familia son los pilotos, aeromozas y recepcionistas; su casa son los hoteles, los espacios entre asientos, los aviones y aeropuertos; su diversión son las membresías de cliente frecuente; su sentido de vida: acumular millones de millas.
De vez en cuando Ryan baja a tierra para hablar sobre la levedad de la vida, una levedad cómoda, no cagar con nada en tu maleta-mundo-de-vida, una maleta que no debería ser trastocada por nada ni nadie, pero como la vida es OGT y nos baja a bofetadas de los aires. Ryan logra una conexión, se percata de la dinámica terrestre del vínculo, del asentamiento... y se cuestiona.
Ryan comprende -en parte- la insistencia del vínculo-referencia, del PESO, y como esto motiva la vida de los suyos a los que alejó, y de los ajenos a quienes despide. Y justo cuando Ryan como muchos de nostros estamos interesados y dispuestos a dejar las conexiones efímeras entre escalas y destinos, surge lo hermoso y a la vez, mierda: el destino, la vida o dios, quien sea o lo que sea, nos demuestra para quienes somo leves, que ibamos por el camieno correcto.
La vuelta en U que experiementa Ryan, es un dolor en los hombros, en el alma, son miles de preguntas sin responder que no se encuentran en ningún manual, es una escala con gente que pretende ser todo lo que aspiras -aunque realmente no aspires a nada-, es una aterrizaje forzoso en ambientes dejados atrás, en escuelas y recuerdos del vil mudo terrenal al que se ha renunciado por convicción, al que efectivamente se regresa, sólo sí cuentas con un seguro de gastos médicos, un save pass, y este puede ser una terjeta de millas o un personaje igual que tu de liviano.
Pero como cualquier aterrizaje forzoso es en esencia algo doloso y doloroso resulta que efectivamente para quienes tienen una vida miserable y lineal, Ryan resulta ser un mero paréntesis porque se ha decidido por la levedad, Los leves encontramos el vínculo más fuerte del universo: el ser feliz contigo mismo, con lo que haces, con tu no-cargar-de más, con ser y dejar ser.
Cuando en la cinta, las mujeres exponen sus perfiles de pareja, enlistan una serie de cualidades o requisitos desde distintas perspectivas, Ryan no enuncia nada porque no hay porque pedir ya que todo se da en cuanto dejamos que todo fluya. Si se le cuestiona en donde se asentará, y no hay nada a que asirse, es porque Ryan como muchos, no somos lo que tenemos.
Con la edad, los requisitos se diluyen y las expectativas efectivamente rayan en el conformismo y la mediocridad es un línea muy delgada, dócil. Lo interesante es ubicar los targets y las metodologías para hacer lo que más quieres, si lo haces solo es maravilloso, si lo haces acompañado, igual.
Romper con los estereotipos y canones universales del vínculo es algo difícil de comprender, interioriorizarlos aún más, vivir o morir sólo puede ser una desgracia o una tragedia, puede ser un peso o una levedad, pero no deja de ser una realidad. Sea cual sea, siempre depende de cada viajero, si somos meros turistas o leales y frecuentes vivientes de experiencias, el punto es al final, como Ryan plantarse ante el wall de arribos y llegadas, soltar la maleta y de nuevo estar Up in the Air...
PD: Excelentes actuaciones de los protagonistas, Clooney y Kendrick recrean unos personajes memorables, y la dirección impecable, con un guión difícil y el soundtrack, enorme ya que abre Sharon Jones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario