Ya no sé qué es peor para Ciudad Juárez. Por un lado es bien
sabido que desde hace muchos, pero muchos años, ha sido madriguera de narcos,
situación que germinó una ola creciente de violencia que el mismo Darío Argento
se quedaría pendejo. Para aderezar el asunto, hoy se ha convertido en horizonte
político del mismísimo y honorable presidente de nuestra patriotera república,
que ha decido, a la vieja usanza presidencialista, hacer una visita al
vástago rebelde.
Pero esto no es gratuito, en el último lustro Cd. Juárez ha experimentado
un éxodo de más de 500 mil familias debido a la violencia, lo que ha mermado
mucho la actividad económica y ha contribuido a la mala fama de la ciudad, sin
embargo, Juárez este año será destino político del poder federal ya que
habrá elecciones donde se renovarán las sesenta y tantas alcaldías y la gubernatura
del estado.
Obvio que al gobierno federal le importa, ahora sí, señalar explícitamente
con el dedo inquisidor a Juárez, enjuiciar las fallas y dar cabida en la agenda
política nacional a lo que ocurre en esta ciudad.
Ahora sí, porque han masacrado a jóvenes civiles y deportistas,
esperanza del pueblo digno y mexicano, antes no, antes los feminicidios
eran un mero "conflicto doméstico" pero ya que la cagó FECAL con su comentario
estilo Díaz Ordaz (Goméz-Mont tuvo que disculpar al presidente) es la
oportunidad perfecta para capitalizar el peso político del gobierno federal,
del PAN y de Calderón mismo.
Ganar las alcaldías en Chihuahua significaría para el PAN, el
refrendo y la pugna clara en miras al 2010, sería conformar un pabellón
electoral de peso en el norte, y más si gana la gubernatura. Por otro lado, en
cuestión de gobernanza, sería para el gobierno federal, la oportunidad perfecta
para generar confianza política y el reconocimiento nacional e internacional si
logra apaciguar las aguas o de menos, contenerlas como se ha hace con la
tragedia en Michoacán.
Así las cosas, de pronto la esquizofrenia o la paranoia política el
gobernador priista ha decido, en un acto desesperado (ya está por dejar el
cargo) trasladar el gobierno estatal a esta conflictiva ciudad, como lo hiciera
una madre loca- autoritaria que con pretexto de visita se instala donde su hijo,
cual panóptico de Foucault.
En fin, que ni las medidas electoreras de Calderón y de todo el
aparato federal, ni las patadas de ahogado del gobierno estatal, logran dar
cauce a una solución que de tajo frene
tanta matanza que ya parece manda. Dios salve a Juárez...de narcos y de la
política.
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