lunes, 15 de febrero de 2010

Una ruda directora

La única película que había visto de Kathryn Bigelow es aquella que hizo con Harrisonn Ford sobre un submarino... bueno, pues esta directora atípica le encanta la testosterona, es una golosa de la rudeza cinematográfica. 


Su más reciente y alabada cinta The Hurt Locker retrata el trabajo de un comando que desactiva bombas en Baghdad. Es en sí, un acercamiento a un escenario hostil teniendo como protagonistas a hombres rudos, cerrados de sentimiento, con prisiones mentales que los ayudan a sobrevivir en un escenario desértico como sus esperanzas de sobrevivencia. 

Es rescatable la narrativa de la directora, que realmente nos conduce al universo de la guerra masculina. El mérito radica en que la señora sabe perfectamente cómo integrar un relato psicológico e íntimo en un ambiente bélico. 

La tensión y el drama se conjuntan en un género menospreciado, el problema descansa en que desgraciadamente recurre a mucho, pero MUCHOS sintagmas fijos del cine. 
Al ver la cinta, hace evidente el recurso de lugares comunes, es más, los destaca.

Ahí está, en planos secuencia, la clásica imagen de los zapatos regados por doquier después de un bombazo, la clásica afrenta al nuevo integrante del equipo, la rivalidad entre compañeros, el sentimentalismo por el hogar perdido, etc., etc.

En fin, no me desagrado pero por desgracia no resulta tan espectacular, no hay una propuesta realmente significativa ni en lo visual, ni en el tratamiento, lo destacable es el recurso narrativo.

Bigelow juega con las herramientas y la fórmula hecha del cine bélico. Quizá sea por su perfecto manejo de este recurso, tantos reconocimientos. Una mujer que dirige como hombre.

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