Ayer tuve de nuevo la oportunidad de ver a Hello Seahorse. Quién no conozca o se niegue a escucharlos se está negando la oportunidad de disfrutar de unos de los conceptos más originales, versátiles y de gran calidad de la escena musical mexicana.
Parece que fue ayer cuando los escuché por primera vez en el famoso Pasagüero con la increíble "I won´t say anything", rola que han dejado atrás (ya no la tocan en vivo) para dar paso a una madurez muscial sobre el escenario que seguro los capultará a las altas esferas de lo under indie-rock.
El concierto que fue precedido de los quieremos-ser-Dildo-con-voz-de-GusanaCiega, que en general no estuvieron tan mal, pero su momento fue con la interpretación de "Impacto" a dueto con Lo Blondo, vocalista de Hello Seahorse.
Sin embargo fue HELLO SEAHORSE quien llenó el escenario como lo grandes. La cautivadora voz de Lo Blondo (Denisse para los cuates) asombró y dejo estupecfactos a más de uno, exclamaciones como "oooh, que chingon!", " es una sirena..." "noooooooo, mames" -de su servidor- fueron las consignas de la noche.
El concierto abrió con "Criminal" para seguir con "Miércoles" seguida de "Oso polar", "Esperando que llegue", "Miércoles", "Luna", "El recuerdo", "Universo", y pos supuesto la frenética "Bestia" que nos puso a saltar a todos!
Quizá uno de los momentos que más desconcertaron fue al momento de interpretar “Cielito lindo” la clásoca canción vernácula que en efecto y en palabras de Lo Blondo, “es una de esas canciones que unen todos los corazones” y “Cómo te voy a olvidar” de los Ángeles Azules, que surgió de pronto, como ocurrencia y aunque incomodó a algunos niños fresas wanna be, dejaron claro sus influencias y esencia que si bien es una propuesta original indie, se nutre de todas esas rolas populares propias del imaginario colectivo.
Hello Seahorse va que galopa liviano y sin presiones para consolidarse como uno de los grupos más originales desde el fondo temático de sus rolas, hasta la fuerza de su sonido que van acorde a las necesidades musicales de esta generación que siente que a veces la vida aprieta demasiado, un grito catártico es Hello Seahorse.
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