No pude evitarlo y entré a ver 2012. La nueva cinta del aleman Ronald Emmerich, responsable de cosas como Godzilla y Independece Day. Debo admitir algo, de toda su filmografía, esta es sin duda la mejor lograda.
La disfruté como escuincle... !!de verdad!!!
En su género, la cinta es MUY buena, mantiene la tensión, mucha acción, unos efectos especiales increíbles (chequense que bien logra esa secuela del avión escapando de L.A. desde la perspectiva misma del avión, wow! o yellowstone, etc, etc) y por supuesto, para hacerla mejor, súmenle lo estereotipado de la trama en sí, el cliché de los personajes, su estúpida psicología, todo predecible, más ver destruido al mundoy una super inundación al valle de Lhasa, se debe recocer que Emmerich tiene una gran visión de ventas: sabe perfectamente como y donde sin un porqué, proyectar situaciones inverosimiles en escenarios extremos, y esto es, nos guste o no, la escencia de la accion movies.
Si la cinta estuviera en manos de otro director, Boyle, Kiarostami, Wenders, etc, pordríamos exigir un tanto más, sin embargo, no como otras veces, Emmerich resulta triunfante en esta ocasión al ofrecer una cinta larga, primer punto, que mantiene la expetiva, juega con la incertidumbre, sabe mover que no dirigir a los actores, y sin dudarlo creo, ofrece la mejor opción en su genero en este año.
Hay algo que me gusta de Emmerich y es que en sus cintas, totalmente conciente de la mierda que esta haciendo, introduce siempre un gesto reinvidicatorio para todos aquellos que lo refutamos, es siempre un leve guiño, un apenas leve coqueteo, un letrero, una consigna que grita un extra, una referencia en la vestimenta, pero siempre hay un dejo de reclamo social.
Si en The day after tomorrow, logró que USA condonará la deuda a México (un gesto que detractores y fieles ya sea por alabo o por mentada, pero reaccionaron con gritos en la salas de cine) esta vez, deja ver y cobardemente señala a las altas esferas de poder, en su falta de certeza y compromiso en pro de las acciones del cambio climático y el desarrollo. Se burla conscientemente del G8 desde que coloca a los manifestantes en primer plano, hasta en esa cariacturizada referencia al líder negro, que a modo de Rey Arturo, "dirige" y se vuelve conciencia de quienes representan a otros pueblos.
Si, ese es Emmerich, que se da esas pequeñas libertades porque sabe que su cine, no es y no pretende ser de una conciencia social, el va por otro lado, un lado que parece a veces apendeja, que no nutre, pero sin duda, si se trata de consumir mierda, que sea la de Emmerich, que sabe hacerlo muy bien, y hasta resulta, sí, divertido.
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