e Juan Manuel Bernal e Irene Azuela –los protagonistas de la obra- representan un tipo de dramaturgia que “esencializa” al teatro de actores, de texto y de personajes, frente a un conflicto.
Oleanna cristaliza un estilo que juega con el lenguaje, con el diálogo, que lo hace tangible y humano, que lo moderniza. Por tal razón, el conflicto que constituye el eje de la trama, no está en lo que los personajes dicen sino en cómo lo dicen.
La problemática de la pedagogía, es uno de los subtemas de esta obra que gira en torno a un maestro (Juan Manuel Bernal) y una alumna (Irene Azuela). En ese contexto, él cae en contradicciones tremendas, muy humanas, que hablan de una personalidad poco clara.
La acción transcurre en Estados Unidos, a finales del siglo XX, para mostrar el encuentro entre dos poderes y dos inteligencias, en un ambiente de hipocresía y engaño, pues cuando se habla de educación, en realidad a lo que se alude es a una situación de dominio.
En esta obra el público asiste a un duelo dialéctico de gran intensidad. En Oleanna todo sucede de forma lógica y plausible, sin ser predecible. Es un ejemplo de escritura teatral que es canónico en el estudio del arte del teatro, tanto para escritores como para actores.
Es, en síntesis, una lucha de poderes llena de sugerencias y matices, un regalo para cualquier espectador interesado en la naturaleza humana. Por ello, para Enrique Singer la perspectiva de observación (y de nuestra simpatía) cambia a lo largo de la obra.
A ver sin falta!!!
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