martes, 22 de septiembre de 2009

Campeón sin corona


Chingón que regrese La Mosca, ahora en formato digital. Con lo primero que me topé fue con la crónica de Sergio Zurita, "Jaime López contra el Auditorio Nacional". Trata sobre el concierto "Dos tipos descuidados" que se dio el 29 de agosto en el coloso de Reforma, que encabezó Óscar Chavez y tuvo a Jaime López como invitado especial. Entre divertido y emputado revisé el desdén que los Avandaropitecus le profirieron a López; no tenían ni la menor idea de quien era él, solamente esperaban que Chávez se echara sus oldies but moldies onda "Por ti", "Macondo" y más antiguallas por el estilo. Pero cuando López hacía su parte, los Avandaropitecus abucheaban vergonzosamente. Zurita lo cuenta mejor: "Pero la rechifla y el abucheo más fuertes que recibió Jaime López ese sábado llegaron cuando cantó su obra maestra “Chilanga Banda”.

”¡Ésa es de Café Tacuba, imbécil!”, le gritó un señor que estaba sentado a dos butacas de mí y que, además de fundamentalista, era pendejo. Y ahí estaba López, sobre el escenario, cantando su himno de amor a los chilangos, y los chilangos le respondían a mentadas de madre. El final de la canción tuvo más resonancia que nunca: “Chin chin si me la recuerdan/ Carcacha y se les… retaaaaacha”.Ya para despedirse, López declamó: “México, creo en mí” y se fue entre aplausos de pie (había suficientes seguidores suyos entre la turba como para que se sintiera el apoyo minoritario) y muchos gritos de desprecio."


Me hizo recordar una discusión que tuve hace años con una examiga (en ese momento se volvió furibundamente ex), cuando hubo un concierto con Luis Eduardo Aute, Amaury Pérez y Jaime López. La pendeja fue y dictaminó con autosuficiente: Luis Eduardo soberbio, Amaury divino, y Jaime logró estar a la altura. ¿QUE QUÉ, PENDEJAAAAAAA? Seré mesurado: Aute es un wanabe televisivo de Joan Manuel Serrat, Amaury Pérez es lo que sobra de lo que queda de lo que algún día fue la trova cubana, y Jaime López es (y en realidad aquí empieza el post) el Compositor Vivo Más Importante de México.Su tamaño es: si Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, Guty Cárdenas y Chava Flores estuvieran vivos, lo invitarían a su mesa y lo tratarían como a un igual. Juan Gabriel y Joan Sebastian tendrían que bolearle los zapatos.

Federico Méndez le mostraría sus borradores y le agradecería moviendo la cola. ¿David Haro, Saúl Hernández, Fernando Delgadillo? ¿De verdad necesitaría felpudos tan modestos?Veamos, y ojo que sigo mesurado: entre autodidacta, rocanrolero de lira barata y armónica de tres varos, presto pa' la cumbia si los timbales lo piden, fiel al acordeón cuando lo convoca el terruño (tan tampiqueño como chilango, chingao), Jaime López ha escrito las letras del México de crisis, el que respira mierda entre los excesos de López Portillo hasta la indigestión convulsa del cerdo Cartens, ha sabido rescatar la picardía que permite comer con diez pesos diarios, cotorrea con las changuitas chilangas y se las sabrosea mientras les habla de lunas llenas que hace siglos no han visto.Jaime López se enamora en avenidas tumultosas, en el metro, en las oficinas del ISSSTE que huelen a torta cubana. Carga el tedio de la oficina y el sueldo pinche, pero se le cruza la morenaza de caderas ponedoras y la persigue por pasillos y calles como se persigue a la esperanza, sabe que la felicidad sería compartir con ella unos tacos de suadero y un mundet rojo afuera del metro San Cosme; sabe que el erotismo chilango ocurre entre cables de luz con tenis y charcos de agua sebosa; que las únicas poesías posibles tienen ripios de piropos albureros, que entre el ozono y la mierda de los gobernantes siempre puede darse el milagro, en forma de hotelazo de Tlalpan que huele demasiado a desinfectante.Pero menos emocional y más literario, la inventiva de las letras de Jaime López remolonean de juegos y triples sentidos.

Dice en Nuestro amor es ese gato muerto en el baldío:se desgració la gracia aquellaque una vez brotó del barro bajonos salió recara esa camisa de once varospero ahí estábamos dice y dice y dice:va de nuez, y puras habas y garbanzoscon el corazón a media luz agonizando. ¿Menos frases hechas?:Tu cara descarada y descarnadacarnada de tu cuerpo sensualónfue arrancada por ese tiburónque llamamos olvido, lo olvidaba(Tatuaje)El único rap definitivamente autóctono es la Chilanga Banda, que López descifró con cantadito tepiteño y ches herméticas para quien no ha rolado por los barrios bravos:Ya chole, chango chilangoque chafa chamba te chutasno checa andar de tacuchey chale con la charola.Tan choncho como una chinche,más chueco que la fayuca,con fusca y con cachiporrate pasa andar de guaruraMejor yo me echo una chelay chance enchufo una chavachambeando de chafireteme sobre chupe y pachanga.Que después la popularizó el cover sincopado Café Tacuba, pero en realidad es de Jaime López.PUTOS.Y sigo (hola, Lilians):¿Por qué no se le ha dado a Jaime López el tamaño que merece? ¿Por qué no hay disco homenaje donde le rindan pleitesía todos los rockeritos que se deben a sus rolas? (Hablo de ti Jaguares. Y de ti, La Cuca. Y de ti, Julieta. Y Amandititita). Quizá sea que no ha sido muy bueno lamiendo culos, y que no ha tenido empacho en pasear por el hoyo fonqui o por Televisa, según le conviene. Lo mismo guitarrea en El Café de Nadie que participa en el OTI, se pasa por el arco del triunfo a la izquiera pero tampoco debe quererlo mucho la derecha.

Tiene más compromiso con los versos que con las banderas. Y a la gente demasiado enferma de banderas les cuesta trabajo entender esto (Hola Peje).El ninguneo a Jaime López es una constatación más de que este país no sirve y no sabe reconocer a sus artistas de auténtica valía. Si López fuera español, lo cantarían en los mesones y se llamaría Joaquín Sabina. Si fuera argentino le perdonarían sus excesos, porque se llamaría Charly García. Si fuera cubano, Fidel le prestaría el único órgano Yamaha de la isla para sus giras, porque tendría el tamaño de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. Si fuera gringo lo postularían al Nobel, porque equivale perfecto a Leonard Cohen o Bob Dylan. Ahí nomás (¿y quién la va a hacer de pedo?).

Si el Comité del Bicentenario y demás carnavales quisiera hacer una reflexión seria de qué le ocurre a este rancho, el eslabón que seguiría a Ramón López Velarde y Octavio Paz sería Jaime López.Jaime López debe ser uno de los cinco mexicanos que sirven en este país. El otro es Don Carmelo y los otros tres... sigo pensando.

1 comentario:

Bunbury dijo...

jajajaja no manches esta poka madre tu post, sinceramente yo no tenia idea de kien era jaime lopez, alguna vez oi la historia de chilanga banda y si sabia ke kafe tacvba la hizo exito porke con lopez kreo ke nomas no pego, y ke kreo ke de todo el disko de avalancha de exitos es el uniko ke no fue exito pero lo sakaron a manera de reconocimiento kreo jeje, en fin, muy buen post, tanto komo para haberlo komonetado jeje zaz