Esta semana vi dos pelis que coincidentemente versan sobre la relación con nuestro bien amado progenitor, el padre: TETRO (de la Colección Muestra Permanente de la Piracoteca Nacional) y ABEL.
TETRO es la reciente cinta del ex-semidios Francis Ford Coppola, que en un moneto con Spielberg y Lucas dominaban el olimpo hollywodense de los 70 y 80´s. (En lo particular, me quedo con The Conversation, 1969)
Creo que Coppola tiene pedos muy severos con su padre o al menos con el patron del patriarcado como figura dominate, ya que en varias de sus cintas, la figura paterna es un ser castrante, asfixiante, manipulador y absorvente.
TETRO no es la excepción. La cinta narra la historia de dos hermanos (que resultan no serlo) que se buscan y al encontrarse se descuentran gracias a un secreto familiar, provocado por el padre de ambos.
Este secreto los asfixia, los determina, y deriva en un vínculo emocional cual el Carta al Padre: la relación es de un amor-odio, lleno de rencores, culpas, resentimientos.
Es increíble la manera en que Coppola narra esta cinta, toda la peli es en blanco y negro, con una fotografía pocasumadre, el soundtrack en definitiva es para iPod.
Maneja un estilo neorealista italiano llevado a la actualidad, con ese toque "Almodovar" (pero bien hecho) aunque desgraciadamente recurre a los clichés propios del drama.
Esto resulta incomodo e incongruente con el montaje técnico que enmarca la cinta en una belleza que pudo ser poética.
Coppola desperdicia estos elementos y entrega una cinta mediana en su curriculum, que quizá se recuerde por el atrevimiento visual, la narrativa y la excelente actuación de Marible Verdú que otra vez, pareciera lleva el peso de la cinta. Vicent Gallo, entrega !por fin! una actuación convincente.
Vale la pena verla, sin duda, aunque sabrá Dios Padre cuando se estrene....
ABEL es la primera obra de ficción de Diego Luna como director y sobra decir que sale bien librado.
Esto se debe -considero- a un guión bien integrado, sencillo, pero completo. La cinta es el reflejo de un trabajo apasionado, entregado, que se hizo con corazón y huevos.
La trama versa sobre un niño emocional y psicológicamente inestable que ante la ausencia del padre, se asume como el líder familiar, CON TODO LO QUE ELLO CONLLEVA.
Luna lleva la cinta -una buena parte de ella- por el camino de la comedia, aunque me queda claro que esto pudo ser un verdadero drama griego.
Las situaciones parecen jocosas, pero en el fondo son de una terrible escencia, al menos para mí como espectador, muchas de la situaciones, más que risa me provocaron un impresión de miedo innenarrable: lo que Luna expone, es el desequilibrio emocional de un infante, que no volverá a concebir el mundo desde un estado mentalente sano, que ha llevado su emoción psicológica a terrenos verdaderamente oscuros, bárbaros y marginales,
Abel, le da la vuelta a su escencia y se convierte en un Caín que ha matado, que ha aniquilado la inocencia de su yo-hermano (su niño interior) en su alma, en su mundo de vida.
Esto, en manos de un director "novato" es una tarea muy díficil, peligrosa, esteparia.
Excelente la actuación de ambos niños. Karina Gidi, está enorme y Yazpik ofrece una de las mejores actuaciones que le he visto.
Sin embargo me pareció predecible. El final del protagonista se puede sugerir a partir de los 30 minutos de la cinta. Quizá Luna olvida que los espectadores, estamos llenos de experiencias, de historias, de referentes, de un Knowhow de los social, de una intuición que da la escuela de la vida, un niño como Abel sólo podría tener dos finales, ambos trágicos. Es la agilidad de Luna la que nos mantiene interesados.
Bien, super buena opera prima.